No hay palabras para expresar lo fascinante que ocurre cuando los niños conectan con las frecuencias de Reconnective Healing. El asombro, la alegría, la inocencia y el cómo se sorprenden ante la posibilidad de jugar con ellas e integrarlas a sus vidas, es fascinante. Estuvimos en Medellín el pasado 29 de febrero jugando con dos grupos de niños, uno en la mañana y otro en la tarde, cada uno con 17 sanadores maravillosos que en compañía de sus padres rieron, aprendieron y vivieron en las frecuencias de Reconnective Healing.
Cuando realizamos uno de los primeros ejercicios de jugar a estirar el Slime o melcocha, la descripción que hacían algunos de estos pequeños es que sentían como si jalaran hilos, cuerdas, hebras, algo muy notorio y especial de estas frecuencias. Así mismo, cuando les preguntamos qué era sanar para ellos, al inicio del taller, fue mágico cuando uno de los pequeños manifestó que “era volver al equilibrio de poder sanar con el maestro del corazón”. De igual manera, al pasar a las camillas y observar los registros (movimientos en manos, ojos, cuello y saltos en las piernas) que se generaban al aplicar los conceptos aprendidos mediante el juego, sus reacciones de alegría y asombro no tienen palabras.
A partir de ahora estos pequeños tendrán la posibilidad de integrar ese poder sanador que llevan en su interior en su diario vivir, colegio, familia, amigos y mascotas. Gracias a Marcela Barbotto por ser anfitriona y permitirle a Mónica Novoa estar allí para llevar este conocimiento y pasión hacia estos niños que hoy tendremos la certeza verán el mundo diferente.